En los últimos años, Puerto Rico ha experimentado temperaturas más altas de lo habitual. Esto no solo nos afecta físicamente, sino también emocionalmente. Como psicóloga, he tenido la oportunidad de colaborar con Es Mental para hablar del impacto del calor extremo en los estudiantes y cómo influye en su desempeño en las escuelas. La realidad es que el calor puede tener efectos que van más allá del malestar físico, afectando la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Puedes leer el artículo completo aquí: Efectos del calor extremo en el rendimiento académico.
El calor extremo puede contribuir a un aumento en los niveles de estrés y ansiedad. Durante las olas de calor, las personas suelen sentirse más irritables, con menos energía y dificultad para concentrarse. En estudiantes, estos efectos se amplifican, dificultando su desempeño académico. Un salón caluroso no solo es incómodo, sino que puede obstaculizar la capacidad de los niños y jóvenes para aprender de manera efectiva, aumentando las probabilidades de frustración y conflictos.
Los niños y adolescentes son particularmente vulnerables a los efectos del calor. En las aulas, he observado cómo la falta de ventilación adecuada puede generar mayores niveles de fatiga y problemas de conducta. Esto afecta tanto su bienestar emocional como el ambiente general del salón de clases, creando tensiones que podrían evitarse con algunas medidas preventivas. En el artículo de Es Mental, destaqué que, además del rendimiento académico, el calor también puede afectar la estabilidad emocional de los estudiantes, propiciando episodios de estrés e irritabilidad.
Para cuidar nuestra salud durante estos periodos de altas temperaturas, es fundamental tomar medidas preventivas:
Mantente hidratado: Beber suficiente agua es clave para mantener el cuerpo y la mente en equilibrio.
Crea espacios frescos: Si estás en casa o en el trabajo, asegúrate de contar con ventilación adecuada o busca áreas con aire acondicionado.
Planifica actividades al aire libre temprano o al final del día: Evitar las horas de mayor calor reducirá la exposición y el malestar.
Atiende tus emociones: Si sientes que el calor está afectando tu estado de ánimo, tómate un tiempo para respirar, descansar y reconectar.
El calor extremo es una realidad con la que debemos aprender a convivir, especialmente en nuestra isla. Sin embargo, con conciencia y medidas adecuadas, podemos minimizar su impacto en nuestra salud física y mental.
Les agradezco que me acompañen en este nuevo espacio y espero que el contenido les sea útil en su vida diaria. ¡Nos seguimos leyendo en el próximo blog!
Atentamente,
Lcda. Myrna Ortiz-Rodríguez, Psicóloga, MPSY